Continúo trabajando en la búsqueda de propiedades interesantes de las plantas del bosque mediterráneo, recursos de otros tiempos hoy olvidados, pero que sin duda tienen un gran potencial innovador para favorecer actividades económicas en los lugares más despoblados de España.
Este año estoy ensayando la germinación de la consuelda menor (Prunella vulgaris), una planta con interesantes propiedades medicinales, y flores de gran belleza. Se ha usado tradicionalmente para hacer infusiones, a modo de té, a fin de tratar trastornos respiratorios. También es útil en caso de fiebre o diarrea. Haciendo gárgaras es útil en caso de anginas. faringitis o inflamaciones de la boca. Para las hemorroides se puede consumir en ensaladas. Dadas sus propiedades antibacterianas actúa como agente desinfectante. También se usa en cataplasmas aplicándolas a las zonas afectadas para cauterizar velozmente las heridas o hemorragias, de ahí su nombre de hierba de las heridas. Asimismo, para curar la presión arte rial elevada, el dolor de cabeza y la conjuntivitis. Para estos fines viene utilizada toda la planta, aunque es preferible emplear las espigas floridas que deben ser recogidas a principios de verano, poniéndolas a secar a la sombra en un lugar aireado. Aunque antiguamente era muy apreciada, hoy en día su uso se ha prácticamente olvidado. En algunas regiones creo que se solía decir “lo que no cura el médico, lo cura el érico”. En la zona fronteriza al oeste de Cáceres la encuentro sobre todo en zonas algo boscosas al lado de los arroyos.